La Navidad llegó y pasó

Quiero empezar este post pidiéndos perdón a tod@s por haber estado tanto tiempo desconectada del blog, pero al ajetreo propio de estas fechas se ha añadido algún que otro contratiempo de salud familiar (ya resuelto, gracias a Dios).

Como podréis imaginar, estas fiestas han sido muy especiales para nosotros. ¡¡Quiénes de los que estáis esperando no habéis imaginado una y otra vez cómo serán las primeras Navidades con vuestr@ hij@!! Pues os puedo asegurar que son mágicas aunque no más que el día a día, que la felicidad que trae cada minuto al lado de tu hijo, las risas compartidas, los juegos o sus pequeñas victorias (como aprender a ir al water o lavarse los dientes solo).

Bien es cierto que el haber tenido a mi madre una semana en el hospital ha hecho que muchas de las "salidas" previstas no hayan podido hacerse. Pero no ha sido necesario demasiado para ver la cara de sorpresa de Sergio.

La verdad es que ha habido momentos y actitudes de nuestro hijo que, como ya se ha hecho casi habitual, nos han sorprendido tanto... Sin ir más lejos, los Reyes Magos. Apenas hizo caso a los juguetes nuevos. Él estaba feliz porque estábamos allí toda la familia junta (en total, entre abuelos, tíos, primos, tíos-abuelos y demás, unas 20 personas) haciéndole caso y jugando con él.

Todavía me impresiona esa alegría inmensa que le produce el estar rodeado de su familia extensa. Cómo valora esa presencia, el calor de un abrazo o de un beso. Me impresiona esa necesidad de recibir pero aún más lo hace su capacidad de dar amor. Lo primero parece resultado de sus primeros años en la casa cuna, sin una familia propia, pero... ¿y lo segundo? ¿Quién le ha enseñado a amar así?

Aún no logro averiguar cómo ha conseguido enterarse más o menos de todo: Papá Noel, los Reyes Magos, la cabalgata, el árbol de Navidad... Yo lo veía desde fuera y me parecía un poco agobiante tanto dato y tanta costumbre navideña nueva para él. Cada luz en la calle, cada árbol adornado eran motivo para que gritara: "Navidad". Los villancicos, los mazapanes (que se han convertido en su dulce favorito), las uvas... todo nuevo.

Pero al final no debió de pasarlo muy mal porque mientras "guardábamos la Navidad", como él decía porque estábamos quitando los adornos de casa, lo único que pedía era "más Navidad" y nos miraba con su carita triste. Pobre, no logré hacerle entender que la Navidad vuelve cada año y que todas serán especiales, como especial es cada día que pasamos juntos.

1 comentario:

  1. Mj, deben haber sido unas navidades fabulosas, solo con verle la carita....
    Guardar la navidad, que frase mas bonita, estos niños!!!
    Un besazo

    ResponderEliminar