Amigos que llegan y que se van

“Con el niño no tengo tiempo para nada”. ¡Qué realidad tan grande esconde esa frase que, de tan manida, parece una excusa! Y si no hay tiempo apenas ni de darse una ducha como Dios manda, mucho menos de llevar una vida social medianamente activa.

No hay hueco para quedar con nadie y, si lo haces, es llevando al niño. Así que te pasas más tiempo vigilando que no se pierda, que no rompa nada (si estás en casa ajena) y que cumpla unas mínimas normas de urbanidad, que en la conversación.

Y… ¿qué decir de llamar por teléfono? Eso sólo es posible cuando el niño se ha acostado y, en ese momento, estás tan rendido que caes directamente en el sillón o en la cama para dormirte. Una actividad esa de dormir que, por supuesto, no incluye el uso de un auricular de teléfono para comunicarte con nadie.

El resultado es que los amigos se van perdiendo. Se alejan. Algunos, porque ya no comparten tu misma realidad: a ellos no les motiva, en absoluto, hablar de los cómo tu pequeño ha empezado a hacer pis en el wáter o de sus problemas para compartir, y para ti estos se convierten en los únicos temas de conversación. Otros, porque la falta de tiempo hace que apenas ni habléis (ellos se cansan de llamarte mil veces y esperar en vano a que tú devuelvas las llamadas).

Esto, que me imagino que ocurre igual cuando se tiene un hijo biológico, se acentúa, en mi caso, porque soy una persona extremadamente social. Tengo muchos amigos y conocidos en diferentes ámbitos de mi vida: cada uno de los trabajos por los que he pasado, el colegio, la universidad, mi foro de adopción, etc. Siempre me ha gustado estar rodeada de gente, conocer sus inquietudes, compartir sus aficiones… Así que, durante el tiempo que estuve esperando la llegada de mi hijo, llené mi tiempo de lo que más me ha gustado siempre: las personas. Y ahora me es imposible seguir el ritmo social que yo misma me impuse y sé que, a la mayoría de esos conocidos, los perderé.

Pero también quiero creer que otros quedarán. Los amigos. Aquellas personas que sepan entender que esto es sólo un tránsito, un momento de agobio en el que debo darme 100% a mi hijo pero que pasará cuando él ya no me necesite tanto. Por adelantado, quiero darles las gracias a ellos, por estar ahí, por armarse de paciencia y entender que, aunque no los llame o no los vea, siempre están en mi corazón.

5 comentarios:

  1. Voy a contarte algo,a mi me ha pasado lo que a ti,pierdes amigos en el camino,por todo lo que tu has contado y por otras causas pero principalmente son esas, ya no llamas tanto por telefono e incluso ,nunca,no quedas con ellos y si quedas lo justo o lo que dices tu ,siempre pendiente de tu pequeño....una vez me dijo una amiga,antes de tener yo a mi niña,yo esperaba a mi niña ,ella vino de china,que estas niñas separaban...tal cual,y me dijo que ya lo comprovaria,en aquel momento no lo entendi,pero ahora si,y es verdad..te separan pero creo que no tendria que ser asi,yo ahora pienso que el que esta a mi lado es porque realmente quiere estarlo y ya esta,yo pongo todo lo que puedo de mi parte..pero los que se hacen llamar amigos,los de verdad siempre seguiran a tu lado.
    muchos besitos

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  2. Niña, que ganas tenía de leerte. Seguro que los que te quieren (o queremos) de verdad, los que sabemos lo importante que es tu hijo para tí, estaremos aquí, ahora y siempre.
    Un besazo enorme

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  3. Tienes razón en lo que cuentas,pero es ley de vida, en el camino se van quedando muchas personas por diferentes razones,veáse que cada persona evoluciona de una manera,y lo que antes te llenaba ahora no,te vas a vivir a otro sitio,el tener pareja,que tu pareja sea un cardo borriquero y no le gusten tus amistades,pero yo creo que la gente que te aprecia aunque a lo mejor no te veas con la misma frecuencia siempre estará ahí.Un saludo,ah! y de igual modo conoces a gente nueva que es un encanto por estar en este mundillo.

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  4. ¡¡Tenéis razón, chicas!! He conocido a personas maravillosas. Montse, me alegro de lo de tu niño. Besos

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  5. Tienes mucha razon, chica. A mi me ha pasado con amigas de 25 años, que se decantaron por pensar que ellas ya no eran importantes para mi cuando, recien llegada con mi hija, se "aburrieron" de intentar quedar para conocerla. Por un lado, estas deseando llegar a casa con tu hija cuando vienes de un pais tan lejano, pero cuando llegas quieres irte otra vez, porque la gente no entiende lo agotada que estas fisica y mentalmente de las emociones tan fuertes que has vivido y cuando dices a las personas con las que tienes confianza que esperen al menos una semana para recuperarte, al segundo intento se cansan y ya les da igual ver a la niña como que no. Yo me he llevado un gran palo con eso porque me suelo dar mucho a las personas que quiero. En fin, asi es la vida.
    Me alegro de haber pasado por tu blog que lo tenia pendiente desde hace mucho.
    Un abrazo
    Isabel

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